
05 Abr Usa la ironía en el concepto para evitar reescrituras
¿Eres de aquellos que reescriben, reescriben y nunca dan por terminado su guion? ¿De los que no ven el momento en los que poner aquello de «versión definitiva»?
Espero que lo seas, y que no seas de los que hacen una o dos versiones y punto.
Porque entonces sí que tienes un problema.
Recuerda que escribir es reescribir o lo que te he comentado en alguna ocasión: aquello de “escribe borracho y edita sobrio”.
Es decir, no te puedes quedar con la primera versión, aunque, por otro lado, las eternas reescrituras también agotan.
Ya sé que normalmente en la primera versión vomitas todas tus ideas, todo lo que tienes en la cabeza, todo lo que se te ocurre. Y ya, después, vas afinando el tiro, vas concretado el conflicto, vas quitando paja, centras la trama y todos sus alicientes.
¿Pero qué pasaría si pudieras centrar el tiro antes?
¿Qué cómo se hace?
Atento.
Utilizando la ironía… la ironía situacional.
Exceptuando la poesía, la escritura de guiones es el formato más condensado para contar una historia, por lo que debes seleccionar muy bien lo que pones y lo que no pones en tu guion.
Sin embargo, irónicamente, todos los guionistas tendemos a escribir mucho, a sobrescribir.
Vale, sí, como he dicho antes, necesitas vomitar todo lo que tienes en la cabeza y luego ya ir pelando. Eres consciente de que la verdadera escritura es la reescritura.
Ok, entendido, tienes la lección aprendida.
Pero existe una manera de centrar el conflicto de tu historia desde el principio: concentrándose en crear ironía situacional para tu personaje principal.
Vale… estás pensando: “¿qué me estás contando? No entiendo nada”.
Te lo explico.
La ironía se puede dividir en tres tipos: la situacional, la dramática y la verbal.
La que a mí me interesa para centrar el tiro del conflicto es la situacional, que es un ingrediente fundamental en muchos conceptos de películas.
Una ironía dentro de una situación es cuando las acciones tienen un efecto contrario al deseado, por lo que el resultado es el opuesto a lo que era esperado.
Para evitar ser previsible y aburrir al espectador, los grandes guionistas llenan sus guiones de pequeñas secuencias que encajan con esa descripción de ironía.
Pero la ironía que más importa tiene que ver con tu personaje principal, por quién es y cómo se sitúa en la historia.
Pero no confundas ironía con coincidencia o mala suerte. La lluvia en el día de tu boda es coincidencia o mala suerte. Que inviten a una ronda cuando tú acabas de pagar la tuya, también.
Pero piensa en esto: ¿qué pasa si el mejor meteorólogo había predicho un cielo azul el día de su boda y luego le cae un rayo en medio de una tormenta durante la ceremonia? Eso sería irónico y trágico.
El espectador te perdonará esa gran coincidencia si ése es el incidente incitador que detona tu historia. Es decir, si tiene que ver con el concepto.
Si te fijas en muchos grandes conceptos de película, verás que incluyen esta situación irónica.
¿Cómo puedes reducir tus reescrituras? Encontrando rápidamente cuál es la ironía de tu guion.
Párate a pensar.
Blake Snyder, en su excelente guion ‘Salva al gato’, pide a los guionistas que testen su logline, que analicen su concepto antes de empezar a escribir.
No te pongas a escribir sin haber escrito antes las 2-3 líneas de tu concepto, de tu logline.
Y sí, la ironía situacional debe estar en ese concepto.
No sobrecompliques el concepto. Ha de ser claro, simple, con la ironía muy bien definida.
Piensa en un concepto potente con una ironía clara. Luego desarrolla la sinopsis, el tratamiento, la escaleta y el guion.
Eso sí, siempre teniendo en cuenta que esa ironía tiene que estar presente en la mayoría de las secuencias, porque es lo que le dará fuerza a tu guion.
Y después, edita, edita, edita, hasta que todo quede lo más sencillo posible, hasta que quede la esencia y los ingredientes fundamentales.
Prueba a pensar en películas famosas y tratar de extraer su concepto.
Verás como casi siempre la ironía situacional está presente.
Cuando lo hagas, lo verás más claro todavía.
LA JUNGLA DE CRISTAL (DIE HARD): Un policía irresponsable asiste a la fiesta de navidad de la oficina de su ex el día que unos terroristas atentan contra el edificio, por lo que está obligado a depender solo de sí mismo y salvar a su ex.
TIBURÓN: Un policía en busca de una vida tranquila se ve obligado a volver a la acción cuando un tiburón asesino ataca su pequeño pueblo.
EL PUENTE SOBRE EL RÍO KWAI: Para evitar ser ejecutado, un desertor del ejército debe liderar un equipo que regrese el campo japonés del que había escapado para hacer explotar el puente que fue construido por los propios prisioneros del campo.
CASABLANCA: El dueño cínico de un café que busca escapar de su pasado se enfrenta cara a cara con la mujer que le rompió el corazón y debe ayudar a salvar a su actual amante de los nazis para recuperarla.
PARQUE JURÁSICO: Un paleontólogo feliz y sin hijos se encuentra a sí mismo atrapado en un parque turístico de dinosaurios con las nietos del dueño y debe ayudarles a escapar cuando los dinosaurios empiezan a atacarles.
CADENA PERPETUA (SHAWSHANK REDEMPTION): Un contable elegante y ejemplar, condenado erróneamente por asesinato, se convierte en la persona que lleva las cuentas de un guardia sádico para planear su fuga antes de perder toda esperanza.
BAILANDO CON LOBOS: Un soldado suicida al que se le da el mando de un puesto remoto se hace amigo de los indios que necesitan su ayuda para sobrevivir a la matanza de su propio ejército.
EL ÚLTIMO MOHICANO: Un mestizo nativo-americano amante de la libertad debe arriesgar su vida para proteger a los mismos oficiales británicos que buscan reclutarlo por la fuerza después de que se enamora de una de sus hijas.
GLADIATOR: El general más grande de Roma huye por su vida después de haber sido traicionado por su tiránico emperador y debe resurgir como un humilde gladiador para vengar el asesinato de su familia y salvar el imperio.
¿Ves cómo la ironía de cada uno ayuda a hacer que sea más convincente quién es el personaje, qué es lo que quiere, lo que está en juego y quién se opone a él? De esta manera, destaca tanto el viaje interior como el exterior del héroe, manteniendo al mismo tiempo el concepto bastante elevado (algo con a lo que la mayoría de los guionistas se resisten cuando escriben loglines).
De esta manera, cuando estés perdido dentro de una secuencia, el concepto, el logline, te sirve de faro, porque a menudo la ironía fluye del tema de tu guion.