Cómo saber cuándo dar por finalizado tu guion

Uno de los aspectos más difíciles de dilucidar cuando estás escribiendo un guión es saber cuándo puedes darlo por finalizado. Por supuesto, nunca es en la primera versión. Tampoco en la segunda. Ni siquiera la versión que al principio piensas que puedes utilizar para enviar a tu grupo de confianza para que te den su opinión.

Estoy hablando de la versión final. La definitiva. La que puedes presentar a concursos, productoras y directores.

Aquella que no volverás a tocar a menos que te lo pida un productor o un director realmente interesados en que se haga la película.

Y cuando hablo de realmente interesado es cuando hay pasta de por medio.

Muchos guionistas no saben cuándo dejar de reescribir un guión. Y muchas veces ponen todos los huevos es la misma cesta. Están tan volcados en la historia que no pueden mirar más allá. Sin darse cuenta de que hace falta más de un guión para convertirse en un profesional de esto.

¿Pero cuándo sabes que tu guión está terminado y no necesita más reescrituras?

Te voy a dar cinco claves que puedes aplicar para saberlo y un bonus track.

El final de las películas, clave para decidir si ha sido buena o mala.

1.Ponte un plazo

Ya verás cómo sabes cuándo tu guión está para presentar cuando te has puesto un plazo para terminarlo. Si no te lo marcas, estarás condenado al fracaso.

Cuando una productora te encarga un guión, siempre te pone un plazo al que te tienes que adherir sí o sí porque si no, no te pagan. Casi siempre es así.

Yo te propongo, por ejemplo, que te pongas un plazo de diez semanas para una primera versión, de tres más para una segunda y de dos más para una tercera. Esto siempre y cuando te dediques a él a tiempo casi completo.

Está claro que luego tendrás el tiempo que tendrás. Es decir, poco, porque también tendrás que comer.

Si lo consigues, probablemente estarás escribiendo como un profesional.

2.Esconde el guión durante un mes, de los demás y de ti mismo

Cuando creas que has dado por finalizado, esconde tu guión. No lo mires. No pienses en él. No hables de él. No se lo des a leer a nadie.

Vete de fiesta. Has hecho un trabajo que la mayoría de la gente no consigue hacer: acabar un guión. Vete a celebrarlo. Ponte a ver pelis. A leer libros. A escribir en tu blog.

No vuelvas a mirar tu guión hasta que no haya pasado un mes.

Ni siquiera prepares un plan sobre cómo vas a vender el guión. No escribas la sinopsis ni el logline para enviárselo a productoras.

Tampoco empieces otro guión porque has agotado tu imaginación durante varios meses. Es hora del esparcimiento.

Pasado ese mes, vuelve a leer tu guión. Sin duda, encontrarás todos los defectos, pequeños o grandes, que tiene. Serán más fáciles de detectar y de solucionar.

Sólo entonces, después de arreglarlos, podrás pensar en dar por finalizado tu guión.

3.Lee tu guión en PDF, de cabo a rabo

Después de ese mes sabático que te has tomado, lee tu guión como si fuera ajeno a ti, como un lector de guión al que le ha llegado este para ser leído y evaluado. Sólo leelo, no lo edites ni reescribas. Lee desde la portada hasta el final. Que puedas percibir la experiencia de ser un analista de guión.

Analiza si no funciona, si el ritmo es correcto, si el tono y la atmósfera están conseguidos o no, si los personajes son consistentes, si la historia funciona desde el punto de vista emocional. Cuando puedas dar el visto bueno a todos estos aspectos, entonces sabrás que el guión está terminado.

4. Pero aún te queda la edición final

Con cada escena, cada línea de descripción, cada diálogo te tienes que preguntas: ¿Necesita esto estar en el guión? Tienes que ser perfeccionista, obsesivo, incluso compulsivo. Quita todo lo que puedas del guión, todo lo que no sea rigurosamente imprescindible.

Esto es lo que los norteamericanos llaman ‘The Polish Draft’. La versión que se escribe para hacer la lectura lo más agradable posible al lector.

Cuando pienses que no se puede cortar nada más, tu guión, ahora sí, está terminado.

5.Tu guión está terminado

La mejor manera de saber que tu guión está terminado es cuando te lo digas a ti mismo. Tú, el guionista, eres el que tiene que hacer esa llamada. Estás fracasando como guionista si en este punto dejar el guión abierto. Si continúas con las reescrituras.

Dite a ti mismo: “TENGO LA VERSIÓN DEFINITIVA”

EVITA LA SIGUIENTE IDEA EQUIVOCADA

Muchos guionistas dependen demasiado del feedback que les dan familia, amigos, colegas, etc. Toda la ayuda que te puedan dar las opiniones de otras personas termina cuando te obligan a perder la esencia de tu guión, cuando te abruman. El feedback puede ayudar, es bueno que otros ojos lo miren, pero no olvides que sólo se trata de una opinión subjetiva. Si pides valoración a demasiada gente, has de saber que es imposible que haya una única visión sobre el guión. El consenso es difícil.

Esto es lo que te lleva a la reescritura constante. Cuando entran demasiadas manos, se pierde la esencia. Y al final se convierte en una historia diferente a la que tú querías contar. Busca a una o dos personas en las que confíes. Más allá de eso, deja que sea la industria cinematográfica la que decida.