¿Qué es lo genuino?

Estás desarrollando una historia para un largometraje o para una serie de TV, pero suena a mil veces vista, llena de tópicos, no termina de funcionar o, si funciona, es eso, funcional, pero no llama la atención, no tiene diferencial. En definitiva, no es lo suficientemente genuina.

¿Pero por qué no es genuina si tú eres un experto o experta? Si has visto mil series, leído mil libros, analizado cientos de películas. Si no hay nadie que sepa más de cine y de series que tú. Si te conoces los actores y actrices, los directores, los guionistas, los productores.

Da igual.

Mejor dicho, no da igual. Precisamente por qué has dedicado tantas horas a ver cine, a leer novelas, precisamente por eso no eres capaz de encontrar lo genuino.

Lo genuino no se encuentra en las bibliotecas ni en las plataformas de VoD. Tampoco en los festivales de cine o en las salas de exhibición. Ni siquiera en Internet.

Lo genuino se encuentra en la vida.

Por eso, esa historia que tú has vivido en primera persona, o que te ha contado un amigo, o que le pasó a un señor que conociste en un pueblo, ahí se encuentra lo genuino.

Por eso siempre recomiendo a mis alumnos que, aparte de convertirse en cinéfilos empedernidos, que también, aparte de hacerse maratones de series, que también, y aparte de ser un ratón de biblioteca que se lee toda novela o cuento que cae en sus manos, que también, hace falta vivir, experimentar, probar, viajar, relacionarse, salir de la zona de confort y exprimir la vida hasta su enésima potencia.

Porque vivir, hablar con la gente, conocer nuevas personas, irse de mochilero, interesarse por mundos ajenos al tuyo, ser curioso, observador y esponja es lo que nos llevará a escribir historias que rebosen autenticidad, originalidad y esencia.

Así que mi recomendación es que, para hacer que otros vivan la vida de otros a través de las historias que tú escribes, hace falta que tú vivas la tuya propia. Y entonces, serás capaz de transmitir más emociones.

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