
25 Nov ¿Por qué no intentas trabajar de guionista en Estados Unidos?
Teresa de Rosendo y Josep Gatell son dos guionistas españolas que hace algo más de un año cogieron la mochila y se lanzaron a hacer el viaje de sus sueños: llegar al corazón de Hollywood. En aquella aventura conocieron guionistas famosos y no tan famosos, entraron en la writers room de alguna de las series más importantes o conocidas de Estados Unidos y se llevaron una casa una idea fidedigna de cómo se trabaja en el mundo del guion en la cuna de la industria del entretenimiento y qué hay que hacer si quieres lograr ser uno de ellos.
Fruto de aquella experiencia decidieron escribir ‘Objetivo Writers´ Room’, el libro que puede aclarar tus ideas a la hora de intentar la aventura americana.
Teresa ha sido guionista de series como ‘Gavilanes’, ‘UCO’ o ‘MIR’, mientras que Josep Gatell ha sido guionista de Buenafuente, de ‘José Mota’ o de ‘Uau!’.
He hablado con ambos para conocer un poco más del proyecto, del viaje que realizaron, de sus trayectorias profesionales y de sus proyectos futuros y me han contado cosas muy interesantes que podéis leer a continuación.

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P: ¿Cómo se os ocurrió escribir Objetivo Writers Room?
R: Desde hace años, nos rondaba en la cabeza de ir a Estados Unidos a ampliar nuestra formación. Pero no haciendo el enésimo curso, sino aprender in situ. En una sala de guionistas. Pero sabíamos que esta feliz idea se le habría ocurrido a mucha más gente antes que a nosotros, y que teníamos que diferenciarnos, tener una buena excusa para hacerlo. Así surgió primero un “proyecto de investigación, una posible tesis”, y después el libro, menos ambicioso, porque el dinero y los tiempos nos daban para lo que nos daban.
P: De manera somera, ¿de qué va vuestro libro?
R: El libro narra nuestro viaje a Los Ángeles con un objetivo muy concreto, colarnos en una sala de guionistas, y uno de fondo más abstracto: averiguar cómo organizan el trabajo los equipos de guion de televisión estadounidenses, y en qué se diferencia su forma de trabajar de la nuestra. Con esos dos objetivos, el libro se convierte en una compilación de entrevistas, libro de viajes y de aventuras.
P: ¿Qué fue lo más gratificante de ese viaje a Los Ángeles?
R: Conocer a gente interesantísima: abierta, profesional, con inquietudes, pasión por su trabajo… empezábamos las entrevistas hablando con “colegas” profesionales y acabábamos horas después despidiéndonos de gente a la que habíamos cogido mucho cariño, y viceversa. Nos sorprendió la actitud ante la vida de aquella gente.
P: ¿Qué acogida está teniendo el libro?
R: Es pronto para decirlo, porque todavía está no está en librerías (estará el 2 de diciembre). Pero desde que publicamos el blog, precuela del libro, ha sido increíble la acogida del proyecto. La gente nos felicita y constantemente nos preguntan cuándo sale el libro, porque hay muchas ganas de leerlo.
Tal y como está el mercado editorial no es nada habitual vender en preventa, como está ocurriendo, y cada nueva noticia del libro ha tenido mucha repercusión en redes, así que no podemos estar más contentos.
P: ¿Cómo fueron los inicios de Josep y Teresa en el mundo del guion?
R: Pues complicados, la verdad. Es un mundo en el que es muy difícil tener una oportunidad y muy difícil mantenerse. Nos conocimos precisamente en el inicio de nuestras carreras, en una serie llamada Suárez y Mariscal. Un experimento de scripted reality en los inicios de Cuatro… tremendo.
P: ¿Qué posibilidades hay de que un guionista español consiga trabajar en Estados Unidos?
R: Así a priori, en guion de televisión de habla inglesa, muy pocas. Allí hay muchísima gente intentando abrirse camino, todavía más que aquí. Y nosotros tenemos dos barreras añadidas: el idioma, por mucho que te defiendas en inglés tienes que ser totalmente bilingüe para competir en igualdad de condiciones; y el visado: la tortura de todo español que trabaja o quiere hacerlo en Estados Unidos (escribimos un post sobre esto). Pero oye, cuando nosotros empezamos a tantear el terreno para nuestro libro, nos dijeron que era imposible. El mundo es de los que intentan imposibles.
Luego existen caminos alternativos: trabajar en televisión en español, que tiene menos barreras de entrada, trabajar en cine, que requiere un dominio del idioma más en diferido, que adapten una serie tuya allí…
P: ¿Se puede trabajar allí sin agente?
R: Sí. De hecho estuvimos con varios guionistas que nos preguntaban lo mismo sobre España con la esperanza de que la respuesta fuera ese sí. Ellos se quejaban de que muchos de sus trabajos se los habían conseguido ellos mismos, y sin embargo su agente seguía cobrando un porcentaje de su sueldo (suele rondar el 10% de TODO). Paradójicamente, es de gran ayuda especialmente durante el arranque de una carrera, justo cuando el gasto duele más.
P: ¿Cómo puede un guionista español conseguir un agente en Estados Unidos?
R: En realidad es el agente quien busca al guionista cuando éste hace algo de renombre. Conocemos guionistas a quienes ha llamado un agente después de haber estrenado una película española allí, o a guionistas de allí que consiguieron agente al lograr su primer trabajo en una serie. Básicamente un agente te quiere cuando tienes algo que demostrar, o dicho en otras palabras, cuando tiene algo con lo que trabajar, así que lo fundamental es tener material que enseñarle para que lea y decida si le merece la pena (es decir, si ve que puede conseguir dinero gracias a ti). Lo ideal es tener escrito un piloto de sitcom, uno de drama y uno más personal. O como mínimo esto último, algo que te represente y que él pueda mover.
P: ¿Se puede trabajar en Estados Unidos desde España?
R: Como guionista de televisión, lo más probable es que no, aunque al final todo depende del showrunner. Eso sí, tienes que tener algo muy especial para que ese showrunner te quiera y te permita estar en tu casa. Teniendo en cuenta que el guion de ficción televisivo es un trabajo de equipo, que allí la sala de guionistas y el grupo como tal es básico en la escritura, y que los guionistas además de escribir producen los episodios y deben estar presentes en el set, sería muy raro que permitiesen a alguien saltarse todo el sistema.
Otra cosa es vender guiones de cine. Sí que conocemos casos de guionistas que, tras hacer cortos o largos con repercusión, han conseguido allí un agente y escriben desde España, viajando solo de vez en cuando a LA para reuniones. Lo mismo con directores, que lo tienen un pelín más fácil que los guionistas para abrirse camino allí.
P: ¿Qué tenemos que aprender los guionistas españoles de los americanos en cuanto a asociacionismo?
R: El sindicato de guionistas americano es una institución muy fuerte y con mucha capacidad de negociación porque representa los intereses de más de 12.000 guionistas y prácticamente el 100% de la profesión. Entre esos 12.000 se encuentran, además, los mejores (los más cotizados, los más demandados, los más premiados…). Puesto que las cadenas y productoras quieren a los mejores, deben negociar con el sindicato. Así lograron el poder que tienen hoy, empezando por reunirse los mejores.
¿Qué tenemos que aprender de ellos? Que unidos y juntos, se consiguen más cosas.
P: ¿Crees que en España se debería obligar a todos los guionistas a estar afiliados a un sindicato para poder trabajar?
R: En absoluto, eso sería contraproducente. Una cosa es estar unidos y tener conciencia de gremio y otra obligar. De hecho, en EEUU no es obligatorio formar parte del sindicato para trabajar y aún no estando, el convenio y lo que negocia el WGA ampara igualmente a los guionistas. No es una cuestión de obligar sino de entender que juntos y bajo un mismo paraguas somos más fuertes. Allí nadie les obliga, pero todos quieren estar y todos entienden que defender su convenio les beneficia. Creemos que ése es el espíritu.
P: ¿Se puede trabajar en Estados Unidos como guionista sin estar afiliado a un sindicato?
Sí, y de hecho al principio es lo normal. En EEUU un guionista no se afilia al sindicato sino que entra a formar parte de él cuando tiene una cierta experiencia profesional (que varía en función del número de capítulos o películas estrenados, si crea o no una serie, etc.). Mientras no se es miembro, el WGA ampara igualmente al guionista porque obliga a los estudios y cadenas, que lo han firmado, a contratar según sus mínimos. Luego, cuando se llega al punto en el que se puede entrar a formar parte del sindicato, el guionista elige… que sí. Es lo que decimos: todos quieren estar sindicados porque ven claros los beneficios.
También hay parcelas del mercado no reguladas por el sindicato: pasa mucho con productoras y cadenas en español, o producciones independientes.
P: ¿Qué diferencias hay en cómo trabajan los equipos de guionistas de una serie en Estados Unidos a cómo se trabaja en España?
R: Uff… ¡esto daría para un libro, jajaja! Muchas y pocas, todo a la vez. Pocas en cuanto a plazos y dificultades (notas de la cadena, de la productora, relación con los demás departamentos de la producción, etc.), y muchas en cuanto a la organización en sí.
Para empezar, invierten muchísimo dinero en desarrollo. Y eso permite elegir entre más historias, y pulir más las mejores. Aunque también hay quienes hablan de derroche en esta fase. Además, las series no salen siempre de las mismas productoras, sino que surgen de guionistas individuales, asociaciones de talento (director+guionistas+productor)… El mercado arranca algo diferente al nuestro.
Una diferencia fundamental es el hecho de que el creador de la serie siempre es el jefe máximo de la misma (respondiendo, claro está, a quien pone el dinero, cadena y productor, pero teniendo), es el famoso showrunner. Eso hace que el resultado final salga de una sola cabeza y tenga un sello propio. Tienen una jerarquía bien marcada que lo facilita.
Y luego está el día a día: el hecho de que la sala de guion siempre esté funcionando como norma general, que la comunicación dentro del equipo esté muy bien organizada gracias a la figura del writers’ assistant, una especie de taquígrafo de la sala de guion, que los guionistas de más experiencia inviertan mucho en enseñar a los nuevos, o que el guionista esté presente en el rodaje y se le consulte.
Sobre la escritura en sí, nos dio la sensación de que allí se dedica mucho más tiempo a diseñar personajes e historias y menos a dialogar.
No obstante, tanto allí como aquí cada showrunner, productor ejecutivo o coordinador de guion tiene sus propias particularidades en la organización del trabajo.
P: ¿Habéis vuelto a ir a Estados Unidos desde vuestro primer viaje?
R: No, y nos morimos de ganas. En nuestro optimismo, nos veíamos volviendo cinco meses después, pero se nos complicó el presupuesto y el calendario, y hasta hoy. Nos da rabia porque ahora tenemos muchas más puertas abiertas que la primera vez. Intentaremos ir en primavera.
P: ¿Cuánto tiempo os ha llevado escribir el libro?
R: Es bastante difícil de determinar. Volvimos hace dos años, pero desde entonces hemos tenido trabajos muy absorbentes que nos hicieron aparcar el libro un rato. Y luego es un libro con un proceso de escritura complicado, porque ha necesitado una doble traducción: primero a español tras la transcripción de las entrevistas y luego de nuevo al inglés para que los entrevistados nos dieran el visto bueno a los textos. Total, que en respuesta a tu pregunta… mucho. J
P: Aparte de vivir la experiencia y escribir un libro, ¿no habéis hecho contactos como para abriros camino en aquel mercado?
R: Hemos hecho contactos, pero es muy delicado intentar transformar los contactos que has hecho con un fin (el libro) en contactos para conseguir trabajo, te puede salir el tiro por la culata. En cierto modo es traicionar las reglas del juego. No vamos a negar que fantaseamos con esa idea, pero son relaciones que tendrían que consolidarse antes de que estuviéramos en posición de “pedir favores”.
También tenemos intención de hacer un Objetivo Writers’ Room en otros países: Inglaterra, países nórdicos… ¡Demasiados planes para tan poco tiempo y dinero!
Si estás interesado en conocer más sobre cómo funciona el mundo del guion en Estados Unidos, sobre las entrevistas que Teresa y Josep hicieron o sobre la aventura qué vivieron, hazte con un ejemplar de Objetivo Writers’ Room.