
27 Feb ¿Juegas o trabajas? La gamificación como técnica de motivación
Cada día recibo en Facebook una media de 20 invitaciones para jugar a Candy Crush Saga, a Ilustrum, a Farm Heroes Saga, a Disney Hiddens Worlds…
Cuando entro en mi banco a echarle un vistazo a la cuenta corriente y los bocados que le han pegado los recibos, me topo con el BBVA Games diciéndome que tengo no sé cuántos miles del puntos, no he hecho nada para conseguirlos, y que con ellos puedo aspirar a participar en subastas y en sorteos de todo tipo…
El 33% de los trabajadores en oficinas juegan regularmente al Tetris y similares en horas laborables.
La mayoría de las veces que me asomo a una web me topo una primera página invitándome a que pulse en una casilla a ver si en ella está el premio no se qué…

La gamificación no se refiere solo a los juegos para smarphones como Angry Bird, sino que se aplica a todos los ámbitos de la vida. (Foto: Garreth Health, de Flickr)
En Madrid acaban de abrir dos casinos en pleno centro. Antes había que hacerse varias decenas de kilómetros hasta Torrelodones y Aranjuez. Ahora coges el metro y los tienes en Gran Vía y Paseo de Recoletos.
Vamos por la calle y cada cinco portales hay una casa de apuestas. En ellas puedes apostar por todo. ¿En qué minuto Ronaldo marcará el primer gol del partido? ¿En qué tiempo soltará Messi el tercer escupitajo? ¿En qué segundo se rascará Iniesta la cabeza? ¿Qué caballo relinchará al cruzar la meta? ¿Qué ciclista se bajará de la bicicleta a hacer pis en la subida al Tourmalet…?
Si nos desvelamos de madrugada y se nos ocurre poner la tele, nos topamos con el póker, la ruleta, el bingo, y muy pronto las sieteymedia, el cinquillo y la brisca…
De los juegos para el smartphone mejor no hablamos.
Y claro, un fenómeno sociológico como éste no podía pasar desapercibido para los cerebros empresariales. Como todo tiene un sustrato inglés en este mundillo, lo han bautizado como GAMIFICACIÓN, de “games” y “ficación”, mismamente. Teniendo en castellano palabras tan bonitas como “lúdico”, (del latín ludo-ludas-ludare-ludavi-ludatunm), pues ¡toma ya!, Ga-mi-fi-ca-ción.
EL TRABAJO ES JUEGO
La Gamificación consiste en utilizar mecánicas de juego sociales buscando potenciar la motivación, la concentración en un objetivo, la interacción positiva de un equipo, la unificación del esfuerzo personal y colectivo, la fidelización a una idea… Se trata, en definitiva, de una nueva y poderosa técnica para influir y motivar, tanto a individuos como a pequeñas comunidades.
Tanto juego por todas partes, algún día tenía que ocurrir que el juego inundara la vida laboral. Y no nos estamos refiriendo a los campeonatos de Tetris y Angry Birds entre factura y factura, entre nómina y nómina, sino a algo mucho más profundo. Los inteligentes empresariales, también conocidos como emprendedores, no hace mucho tiempo se dieron cuenta que el juego no tenía que ser necesariamente una distracción. Podía ser también una excelente herramienta empresarial con una magnífica monetización (otra palabreja, monetización: moneda-zación, también mismamente). Es decir, para ganar pasta.
O sea, que se han creado y se crean juegos para incentivar a los ejecutivos, para enseñarles técnicas de ventas, para entrenarlos en la toma de decisiones difíciles, para estudiar su rapidez mental, para medir su capacidad de liderazgo… Prácticamente, existen juegos para todo el entorno formativo y de crecimiento. Y por supuesto, ya existen varios másteres en Gamificación.
LOS CREATIVOS EN LA GAMIFICACIÓN
Obviamente, las mentes creativas tienen en la Gamificación un excelente y extenso campo de trabajo. Si os adentráis en este terreno, veréis que muchos de los juegos empresariales son bastantes simples y mucho más fáciles de diseñar que la mecánica de cualquier concurso de televisión. Descubriréis que no existe, precisamente, ningún derroche de imaginación en la mayoría de ellos, aunque sí es necesario conocer una serie de reglas específicas. Pero estas reglas serán objeto de otro post en el futuro.
La Gamificación, pues, es fenómeno imparable, hasta tal punto que ya no se pregunta el típico ¿estudias o trabajas?, sino ¿gamificas o trabajas? Pero tened cuidado a quien se lo preguntáis, porque os podéis encontrar con la respuesta siguiente: «juego trabajando», o «trabajo jugando». Y a ver, a ver qué les decís luego, ¿eh?