
08 May El lado positivo de la crisis audiovisual
Se han cerrado numerosas productoras de cine y televisión. Muchas de las que se encuentran abiertas carecen de actividad. Han desaparecido varios canales de TDT. Existe un paro pavoroso entre creativos y técnicos audiovisuales. Las dos macrocadenas de televisión, Mediaset y Atresmedia, reducen el número de programas alargando otros por el mismo precio. Se recortan los presupuestos de series y el número de capítulos. Los teléfonos de los guionistas, analistas, coordinadores, dialoguistas, directores, ayudantes de dirección y técnicos de todo tipo no suenan. O si lo hacen es para preguntarte si sabes de algún proyecto que se vaya a poner en marcha… Es lo que se llama la crisis audiovisual.
Mejor no seguir enumerando datos negativos para no tentar a la madre de todas las depresiones: la falta de confianza en uno mismo. Que traducido a la inevitable comida de coco se podría formular así: «Si no me llaman, es que no valgo». Cuando, en realidad, no te llaman porque no hay trabajo o hay muy poco.
Obviamente, el panorama laboral en cine y televisión es desolador. Y a la falta de ingresos económicos, se une inevitablemente, como hemos apuntado antes, el problema psicológico de ir experimentando lentamente una progresiva falta de confianza en uno mismo.

Cineastas españoles en Los Ángeles (Foto de El País Semanal)
QUÉ HACER
Aparte de dedicar a las lamentaciones un mínimo tiempo y de psicoanalizarse lo menos posible en grupo o en solitario, hay que exprimir la mejor herramienta que tienen los creativos: su imaginación. Pero ahora no para dar con una idea cinematográfica más original que ‘Ocho apellidos vascos’, ni para encontrar una base argumental que empequeñezca a ‘El Príncipe’, ni para estructurar un talent show que haga saltar los audímetros. Ahora hay que verberar las meninges, y fuerte, para que éstas suelten unas cuantas pistas a las que aferrarse antes que ponerse a vender seguros, repartir raciones de paella en un chiringuito de playa, servir cañas en la terraza de tu vecino o pedirle al cuñado de turno que te meta como sea en su negocio.
Imaginación… Tener imaginación no sólo sirve para crear obras culturales, no es patrimonio exclusivo de los creativos audiovisuales. Esta cualidad del intelecto humano es una herramienta muy útil para otras muchas facetas de la vida. Y más cuando se está en un estado de necesidad.
E imaginación, y mucha, es lo que han tenido una serie de compatriotas ligados al cine, quienes un día, tras cinco minutos de lamentaciones, decidieron comprarse un troley, llenarlo con sus pertenencias más esenciales y tomar un avión con destino a Estados Unidos.
CINEASTAS ESPAÑOLES EN USA
Repetimos: el momento profesional es nefasto para casi todos. Pero bastantes de los que sintieron el zarpazo de la crisis, nos pueden servir de ejemplo para aprender que se puede salir del pozo negro en que se encuentra el sector. En este post nos vamos a centrar en el sector cinematográfico, y más concretamente en el apartado de dirección y producción. Pero ya contamos en este otro post que las fronteras del creativo audiovisual no se pueden ceñir a las de nuestra ciudad o país.
Existe una docena de directores de cine españoles que un día, cuando atisbaron la que se nos venía encima, llegaron a la misma conclusión: el lugar donde se rodaban más películas y donde había más dinero para la industria era en USA. Y a USA se marcharon. Hoy, casi todos han rodado alguna película y, bastante de ellos, con gran éxito. Nos estamos refiriendo a Jaume Collet-Serra, Juan Carlos Fresnadillo, Nacho Vigalondo, Eduardo Chapero-Jackson, Luis Berdejo, Alex y David Pastor, Rodrigo Cortés, Jacobo Rispa, Gonzalo López-Gallego y unos cuantos más.
Además de estos directores que se mueven por diversos estados norteamericanos, otro grupo de trabajadores audiovisuales ha creado en Los Angeles La Panda, una cooperativa cinematográfica integrada por una docena de españoles afincados en la mencionada ciudad californiana. Entre ellos se encuentran casi todos los oficios cinematográficos: directores, productores, guionistas, editores y directores de fotografía. Estamos hablando de María Aceves, Jon Aguirresarobe, Jana Díaz, Guillermo Escalona, Julia Fontana, Pablo Gómez-Castro, Elisa Lleras, Carlos Marques-Marcet, David Martín-Porras, Elia Urquiza y Pau Brunet.
“La idea era unir fuerzas para ofrecer servicios de producción tanto por la alta demanda que hay en la ciudad como por la necesidad que detectábamos en España de filmar y producir en EEUU. Somos un puente entre ambos país para facilitar el trabajo”, explica Pau Brunet, fundador de La Panda. Por una parte, es una empresa de servicios para rodar películas en Norteamérica. Esta cooperativa facilita las relaciones con los sindicatos, con las aseguradoras, con los mánagers, gestiona permisos y subvenciones, facilita contactos, etc. Y por otra, aspira a convertirse en una gran productora. Y sus comienzos son más que prometedores gracias al triunfo en el festival de Málaga de su película ’10.ooo kilómetros’.
Y LOS guionistas, QUÉ
Ya sabemos que con un poco de suerte, audacia y mucho trabajo, un director de cine español puede abrirse camino en el mercado estadounidense. Y que existe una empresa en Los Ángeles formada por españoles que te pueden facilitar los trámites para rodar una película en USA. ¿Pero qué salidas hay fuera de España para los guionistas españoles? Un tema difícil pero para nada imposible. Recordad que nos podemos convertir en una multinacional unipersonal creativa.
Existe el el convencimiento de que si tu guion no está escrito en inglés, no tienes ninguna posibilidad en el cine americano. Y como la mayoría de los guionistas españoles no están capacitados para escribir en el idioma de Shakespeare, y traducir profesionalmente ciento y pico de páginas cuesta un pastón, hay que olvidarse del mercado USA. Pues no. Hay que acabar con este mito.
Conocemos el caso de dos creativos españoles que con una sinopsis de página y media y un skype han logrado colocar un guion en Miami. ¿Y qué hicieron para ello? Lo que apuntamos antes: zurrarle a la imaginación para encontrar caminos nuevos. Pero de torcerle el brazo a la crisis por parte de los guionistas nos ocuparemos con más tiempo en un nuevo post. Mientras tanto, lo dicho, olvidarse de las lamentaciones y buscar el lado positivo de la crisis: apretar las meninges para buscar luces nuevas en el oscuro bosque laboral.