
16 Jun Dos consejos de guion a tener en cuenta antes de empezar a escribir
Todos los consejos que te puedan dar creativos que hayan escrito un guion alguna vez en su vida son válidos, ya que están basados en su experiencia. Eso no quiere decir que a ti te valgan, pues tú tienes que tener tu propia experiencia que, a su vez, te capacitará para dar consejos en un futuro. Y de esta manera ayudarás a otros escritores, al igual que hago yo intentando compartir contigo mis conocimientos.
Por eso, lo que deberías hacer con los consejos es tomarlos, valorarlos, si lo estimas adecuado, probarlos y, después, analizar si a ti te han servido o no. Tu sentido común te hará escoger las soluciones más adecuadas para ti.
Cada uno tiene su estilo o manera de trabajar. Hay guionistas que escriben descalzos, incluso desnudos, otros lo hacen por la mañana y los hay noctámbulos. Tú tienes tu estilo propio y eres tú quién lo decide, pero yo te voy a contar dos claves de cuál es el mío.
Por si te sirve.
Que de compartir experiencias se aprende mucho.
Allá van mis dos consejos.
Escribe borracho, edita sobrio
No, no es que me haya hecho de la generación Beat y piense que la mejor creatividad surja en momentos de ebriedad o hasta arriba de LSD. No, no soy el nuevo John Lennon ni me creo Charles Bukowski. Tampoco he estado nunca en Ibiza ni conozco las virtudes de las paraísos artificiales.
No tomo drogas y últimamente apenas bebo alcohol.
No soy un escritor maldito ni pretendo serlo. Tampoco soy un bendito, desde luego.

Las claves que debería tener el escritorio del guionista, sobre todo, escribir y reescribir.
Lo que quiero decir es que una vez que hayas elaborado la historia en tu cabeza o hayas tomado tus notas previas, en el momento que te pongas a escribir, vomites sobre la pantalla en blanco todo lo que te venga a la cabeza. Escribe de manera compulsiva. Después, ya habrá tiempo de editar y cambiar cosas, pero… ¿por qué privarte del mejor momento a la hora de escribir un guion? Por lo menos para mí.
Esa pulsión hace que expreses una verdad y una pasión que marca muchas veces el guion.
Esa primera versión sienta las bases y la esencia de lo que será la historia, lo que será el guion definitivo.
Después, deja reposar el guion o el tratamiento unas horas, incluso un día. Hasta dos. Te hará tomar distancia.
Vuelve sobre el guion y dedícate a pulir cada palabra, cada pieza, cada línea de diálogo. Es posible que cambies mucho. Que le des una gran vuelta o eso te parezca. Pero la esencia quedará ahí desde el primer impulso. Y si no queda, será esa primera versión la que te haya llevado hasta la última.
A veces te sorprendes a ti mismo con algunas frases o conceptos de esa primera escritura automática que funcionan y sirven.
¿Quién no ha escrito una frase de diálogo que sorprendentemente ha sobrevivido a decenas de revisiones de guion y estaba en la primera versión?
La escritura borracha a veces tiene estos milagros. Y cuando ocurren son maravillosos.
Escribe borracho pero no bebas.
El alcohol, al contrario de lo que piensan algunos, es enemigo de la creatividad.
Escribir para todos es escribir para nadie
¿Seguro que alguna vez has conocido a esa persona que quiere caer bien a todo el mundo e intentándolo se olvida de ser ella misma y resulta falsa o hipócrita? Todos tenemos en la mente a alguien, ¿verdad? Aquel que por ser el eterno ‘bienqueda’ termina por ser un ‘malqueda’.
Pues eso mismo puede pasar con tu guion. Que la gente te retire el saludo cuando vean de qué vas.

Busca un target específico y lo que escribas acabará gustando más.
Sucede con muchas series en España que tratan de ser generalistas y gustar a todos. Para ello, durante muchos años se ha utilizado la técnica de meter elementos al tuntún: un abuelo para gustar a la gente mayor, niños para los más pequeños de la casa, un gay para cubrir la cuota, tramas de amor cursi para los más ñoños, un poquito de carne a la vista para calentar el ambiente y algo de acción y misterio para el público masculino (como si a las chicas no les gustara esto). Al final, ni chicha ni limoná.
La serie no tiene alma. El guion no suena a verdad. Falta empaque.
Confórmate con no gustar a todo el mundo, pero que a los que les gustes, te adoren. Lo den todo por ti. Se conviertan en fans.
A veces también pasa que tu guion pasa por excesivos filtros. Cada uno quiere echar su meadita y aportar su grano de arena. A veces ese grano de arena se convierte en un puñado de arena. O muchos puñados de arena con muchos gustos diferentes.
Y queda un totum revolutum sin esencia, sin tensión, sin sentido.
Busca un target específico para contar tu historia y procura que todo sea coherente. Cuéntalo como te gustaría que te lo contaran a ti. Centra el tiro. Ve al nicho y no mezcles las tramas que tienen que ser con otras que no tienen nada que ver sólo por ganar espectadores, lo que al final se convertirá en perder espectadores.
Si tu guion no funciona, que no funcione por alguno de los 21 errores que no debes cometer en un guion para que sea un éxito. Pero, lo más importante, es que sus errores no provengan de querer gustar a todo el mundo, porque eso significará que puede que no gustes a nadie, que nadie te vea lo suficientemente verdadero.
Y éstos han sido los dos consejos del día de hoy.
Como igual que estoy dispuesto a dar consejos estoy abierto a recibirlos, porque en esto del guion, como en la vida, nunca se ha aprendido lo suficiente. Te agradecería que tú me los des basados en tu experiencia. Puedes hacerlo en el email, en los comentarios o en las redes sociales.
Por cierto, si te han gustado estos dos consejos y crees que le pueden venir bien a alguien, te agradecería que lo compartas en tus redes sociales o por correo electrónico con tus amigos.