Cómo diferenciar los diálogos necesarios de los innecesarios

Estoy escribiendo un guión de largometraje. Llegué a una secuencia de una primera cita entre un hombre y una mujer. Como no es de recibo ir directamente al grano de hablar, por ejemplo, de ir a la cama, hay que hacer una especie de introducción en los diálogos hablando de algo.

¿De qué pueden hablar? ¿Da igual una cosa que otra con tal de que sirva de introducción para seguir desarrollando la trama en sí?

La respuesta es NO. NO DA IGUAL.

Tienes que valorar por qué eliges un tema de conversación en lugar de otro. ¿Para qué sirven esos diálogos? ¿Te va a ser útil su contenido para otra parte del guión?

Igual que toda secuencia debe ser imprescindible en el guión, tiene que tener su función, no ha de ser para rellenar, todo diálogo tiene también que tener su función, debe servir para algo.

Si no existiera ese diálogo, la película no sería igual. Fallaría algo.

Por eso debes pensar concienzudamente de qué hablan ese chico y esa chica antes de meterse en arena. No puede ser aleatorio.

Un truco que yo utilizo para ver si el parlamento de un personaje es necesario o no es hacerme una serie de preguntas:

  1. ¿Sin este parlamento o diálogo el guión quedaría igual de bien?
  2. ¿Hace avanzar la historia?
  3. ¿Sirve para describir la personalidad del personaje?
  4. ¿Sirve para hacer reír?
  5. ¿Emociona?
  6. ¿Lo voy a recoger después en algún momento?
  7. ¿Sirve para recoger algo que he sembrado antes?
  8. ¿Sirve para ilustrar el tema de tu guión?

 

Así que ya lo sabes. Nada es aleatorio. Todo debe provenir de un cúmulo de decisiones que te hagan elegir un tema de conversación en vez de en otro, unos parlamentos en vez de otros, una manera de hablar en lugar de otra.

Ocurre lo mismo con muchas secuencias de arranque de una película, aquellas en la que dos personas o un grupo de personas están debatiendo sobre algún tema en concreto que parece aleatorio. Me viene a la mente la de ‘Reservoir dogs’, la primera película de Quentin Tarantino, con el célebre y polémico debate sobre si hay que dejar propina en los restaurantes o no. Parece que no lleva a ningún sitio, pero, no sólo sirve para delimitar las personalidades y los roles de los personajes, sino que también aporta contenido que se recoge posteriormente.

En cualquier caso, yo siempre soy más amigo de que la secuencia de arranque de una película o un capítulo de una serie sea más de acción que de conversación.

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