
15 Mar Cómo aprovechar al máximo el poco tiempo que tienes para escribir
Tienes un trabajo. Profesor/a, funcionario/a, médico/a… Lo que sea. Pero, en realidad, lo que te gustaría hacer es escribir un guion de cine o una novela.
Es más, te gustaría vivir de ello, pero eso es algo que todavía sólo quieres catalogar en la categoría de sueño.
Pretendes escribir el guion o la novela sin dejar tu trabajo actual porque es lo que te hace pagar las facturas a final de mes y nadie te asegura que vayas a poder lograr tu sueño.
A veces piensas en dejarlo todo y luchar por ello, pero muchos a tu alrededor te advierten de que es una locura.
Conclusión: tienes que escribir tu guion o tu novela mientras estás trabajando en otra cosa.
Pero, claro, apenas tienes tiempo.
No sólo por tu trabajo actual, sino porque, además, es posible que tengas obligaciones familiares.
Todavía menos tiempo.
Bienvenido al club.
Eso no sólo te sucede a ti, sino también a muchos guionistas que tienen trabajos alimenticios. En programas, en series ajenas, en videomarketing, en muchas otras labores en las que se necesita un guionista.
Algunos también tienen un proyecto personal: un guion de cine, una novela, el diseño de un programa, etc.
Tampoco tienen tiempo para dedicárselo.
Te voy a decir una cosa: hay una solución. Requiere mucho esfuerzo, pero la hay.
Trabajo en tu proyecto un poquito cada día. ¿Que no puedes? Si de verdad te apasiona tu proyecto, podrás.
Yo estoy ahora en ese punto. Trabajo para un programa de televisión que me requiere muchas horas al día. Pero tengo otro proyecto entre manos.
Así que me he marcado un plan para lograr arañar esa media hora o una hora diaria con la que pienso seguir avanzando día a día.
Me tendré que levantar un poco antes o acostarme un poco más tarde. O ver menos series de televisión y películas para hacer mi propio proyecto. Pero lo voy a hacer.
¿Cómo?
Te lo explico a continuación en una serie de pasos.
PLANIFICA
No puedes ponerte delante del ordenador o del folio en blanco sin un plan con la única intención de que llegue la inspiración y escribas lo primero que se te venga a la cabeza.
Tienes que pararte a pensar exactamente qué quieres escribir. Hacer el esqueleto de tu historia.
En una palabra: ESCALETA.
Hay guionistas y escritores que no son partidarios de la escaleta.
Yo sí.
Cuánto más cerrada, mejor.
Te permitirá escribir a velocidad de crucero y eso es lo que más interesa cuando tienes poco tiempo.
Por eso nunca será malo invertir ese tiempo en hacer una escaleta. Después, serán horas ganadas. Seguro.
MÁRCATE OBJETIVOS
Cuando vas cumpliendo metas, te sientes más motivado.
Por eso, puedes marcarte un número de secuencias, capítulos o apartados por día. O por semanas.
O establece plazos. Por ejemplo, en tres meses tengo que tener la mitad o la primera versión.
También te puedes incentivar. Cada vez que vayas cumpliendo objetivos, te premias. Una salida de juerga, una onza de chocolate o un ¡Toma! silencioso para no despertar a los que duermen a tu lado.
Es importante felicitarse por el trabajo bien hecho. Será una pequeña compensación.
ESCRIBE VOMITANDO
Por supuesto, no te lo tomes de manera literal y no te bebas una botella de whisky para asegurarte el vómito.
Escribe del tirón, sin pararte a corregir o a encontrar la frase perfecta, el adjetivo adecuado.
Eso ya lo harás en la fase de corrección o reescritura.
Es importante no perder la cadencia. Para eso has preparado antes la escaleta.
Es el clásico “Escribe borracho, edita sobrio”.
DESCONEXIÓN TOTAL
Tienes poco tiempo. ¿Cuánto? ¿30 minutos? ¿Una hora? Hora y media, a lo mucho. Tienes que aprovechar, afinar el tiro, ir al grano.
Y lo primero que tienes que hacer es desconectar de todo lo demás.
Esconde el teléfono móvil para evitar que un whatsapp inoportuno te desconcentre. Que una llamada invasiva haga que pienses en otra cosa que no sea la escritura.
Pide a los que estén contigo en tu casa que no te interrumpan, que no entren a la habitación en la que estás escribiendo. Lo mejor, sin duda, es que estén durmiendo.
Desconecta el wifi de tu ordenador para evitar la procrastinación.
Todo ese tiempo tiene que estar dedicado a tu historia.
Máxima concentración.
TERMINA LO QUE EMPIEZAS
Todos tenemos novelas a medio escribir y guiones inacabados. Pero no es lo mejor que puedes hacer.
Si empiezas algo, has de terminarlo. Puede que nunca llegue a ningún sitio. Pero sólo por el placer de llegar a un fin, merece la pena. Y, además, aunque no se publique o se convierta en una obra audiovisual, algo habrás aprendido en el proceso que hará que lo siguiente que escribas sea aún mejor.