
30 Oct 7 frases de Albert Einstein que te ayudarán a ser mejor guionista
Las frases inspiradoras están muy bien si no se quedan sólo en eso, en el escaparate. Si son realmente buenas, te hacen pensar, te motivan y, probablemente, te inducen a cambiar algo en ti para mejorar.
Por eso he pensado en Albert Einstein a la hora de escribir este post.
Por eso y porque estoy escribiendo un guion en el que aparece un colegio. Aunque lo de poner nombre no me gusta mucho porque pienso que pierdo demasiado tiempo en encontrar el adecuado, después me suelo alegrar. Los nombres son importantes y dicen mucho de la persona, el lugar o la institución a la que prestan denominación. Y el nombre que le he puesto al colegio que aparece en mi guion es Albert Einstein.
Si Einstein es sinónimo de inteligente para muchos, no podíamos obviar sus frases a la hora de inspirar buenas decisiones y no solamente en el campo de la ciencia. Si Einstein tenía algo, que tenía muchas cosas, era sobre todo sentido común. Y ésa es precisamente una de las cualidades primordiales que debe tener todo guionista.
Vayamos con las frases que Albert Einstein dejó escritas o grabadas y que pueden ayudarte a ser mejor guionista, primero, y mejor persona después.

La felicidad es el paso previo a la inteligencia y, por ende, a la creatividad.
1.-Todos somos unos genios, pero si juzgas a un pez por su habilidad para escalar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil
Como guionistas, debemos conocer cuáles son nuestras verdaderas habilidades. Los hay que son buenos creando extraordinarios dramas pero jamás podrían hacer reír a alguien con una línea de diálogo. Algunos son verdaderamente rápidos dialogando pero suelen tener problemas con las estructuras. Otros arrancan las historias con el mejor de los detonantes, pero son incapaces de encontrar el final que no decepcione. A lo mejor eres bueno dando consejos y resolviendo problemas, pero no creando una historia de la nada dándole forma y estructura.
Tienes que conocerte a ti mismo, saber hasta dónde puedes llegar, dónde te sientes más cómodo, en qué lugar destacas.
Así dejarás de lado las frustraciones y el síndrome del impostor.
Es muy difícil saber hacerlo todo bien, lo que no quiere decir que no haya genios que sí lo hagan.
2.- La imaginación es más importante que el conocimiento
Puedes haberte leído 100 libros sobre guion, haberte visto todas las películas de la cartelera y las que sólo estrenan en Internet, saberte la Wikipedia de cabo a rabo y memorizar los nombres de todos los guionistas del universo. Seguirás teniendo límites. Y la única manera de traspasar esos límites es dejar volar la imaginación. Casi todo el mundo tiene imaginación, lo que no puedes hacer es dejar de ejercitarla nunca. Y eso, siendo creativo, lo deberías tomar como un dogma.
Parece de perogrullo, pero no todos los que se dicen creativos lo saben ni se dan cuenta. Hay que recordárselo a uno mismo prácticamente cada día.
3.- Debe ser simple para que pueda ser cierto. Si es demasiado complejo, probablemente no podamos descifrarlo
Los jefes de los que he ido aprendiendo todo lo que sé sobre guion siempre dijeron lo mismo: los pasos de una historia deben ser los más sencillos del mundo para que funcionen. Luego ya habrá tiempo de revestirla de complejidades, pero la estructura ha de ser lo más clara posible. De lo contrario, no se entenderá. Y si no se entiende, no se trasmite nuestros mensaje, que es en definitiva lo que deseamos. Lo mismo ocurre con el concepto: debes ser capaz de poder explicarlo en el tiempo que a veces tienes para vender tu película.
4.- La peor forma de educar es aquella que usa métodos basados en la autoridad, el temor y la fuerza, porque destruye toda la confianza y únicamente se consigue una falsa sumisión
Esta frase va destinada directamente a ser asimilada por productores ejecutivos, directores y coordinadores de guion. Has de ser bueno escribiendo, pero, en este caso, sobre todo, motivando a tu equipo.
Todos conocemos casos de productores ejecutivos castigadores que minan la autoconfianza de sus guionistas haciéndoles sentir que son los más inútiles del planeta Tierra. De esta manera, sólo consigues minar su creatividad y su imaginación, lo que, en el fondo, no hace sino debilitar tu equipo, su trabajo, tu obra y a ti mismo.
Como se ha demostrado últimamente en el fútbol, se es más eficaz siendo Carlo Acelotti que José Mourinho. Y es que el método del palo y la zanahoria, en lo que se refiere a creatividad, no funciona.
5.- Nunca pienso en el futuro, éste llega enseguida
A menudo cuando he hablado con otros guionistas que, como yo, se hallan entre los 25 y los 40 años, se plantean qué será de ellos en el futuro. Eso lo piensan porque es cierto que no hay muchos guionistas de más de 50 años. Numerosos se han quedado por el camino, desencantados. O han tenido que dedicarse a otras cosa porque un día dejaron de ser llamados. Los que más suerte tienen acaban convirtiéndose en directivos de una productora o una cadena, pero eso no es lo más normal.
Mi consejo: NO PIENSES EN EL FUTURO.
Haz en el presente lo que más te guste y más disfrutes haciendo. Si piensas todo el rato en el futuro, dejarás de vivir el presente. Y si no vives el presente lo que es seguro es que no tendrás futuro.
6.- Una reunión en la que todos han estado en todo momento de acuerdo en todo lo expuesto, es una reunión completamente inútil
Sin lugar a dudas, tu obra crecerá con la validación, la opinión, la crítica y las aportaciones de los demás. Si todos te dicen qué bonita es tu obra se debe a dos motivos: a) te están mintiendo para satisfacer la autocomplacencia de tus oídos, o b) no tienen el criterio suficiente para saber valorar si tu obra es buena o no.
Con el intercambio de pareceres en las diferentes reuniones la creación crece y mejora. Por eso es tan valorado el trabajo en equipo. Por eso las obras pasan por filtros. Con un límite, por supuesto. El exceso de filtros, como ya hemos comentado en otras ocasiones, deja a la obra sin alma.
7.- Tenemos el destino que nos hemos ganado
Esta afirmación nace de una total creencia en la meritocracia y, aunque todos sabemos, que ésta no existe en términos absolutos, sí es verdad que lo que no ayuda es autocompadecerse constantemente de uno mismo. Vamos construyendo nuestro destino con cada paso que damos en nuestra carrera creativa. Y eso, señor, no es culpa ni mérito de nadie más que de nosotros mismos.
Desoír a Einstein, dada su trayectoria y sus logros, no puede ser considerado sino sacrilegio. Tú mismo decides. Tú construyes tu destino. Tus pasos son tuyos y de nadie más. La vida, la del creativo y guionista también, es un aprendizaje constante. Cuando creas que lo sabes todo, perderás el rumbo, será el principio de tu decadencia. Habrás pasado a la historia en el peor sentido del concepto.
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