
11 Feb 14 maneras de evitar el famoso bloqueo del guionista
Hay días que te levantas espeso, las ideas no fluyen, nada te sale.
Estás en atascado en esa trama que no termina de salir redonda. No hay manera de encontrar el clic para que por fin funcione. Llevas horas, días, meses… sin salir del atolladero.
No has dormido en toda la noche. Y no es por el calor ni por el frío. Eso sí, sudas. Pero en realidad sudas porque no te salen las cosas, porque no encuentras el modo de darle la vuelta a ese final.
No encuentras las réplicas. Todos tus diálogos son tópicos, manidos, previsibles, sin gracia. Por más y más que los reescribes te sigue sonando todo a fracaso.
Quizá estés siendo demasiado duro contigo. Pero lo más probable es que estés en un bloqueo.
Y léeme bien:
ES NORMAL.
Sí, es normal. Todos los escritores, incluso los más míticos, experimentados y exitosos, sufren bloqueos a la hora de escribir.
No somos máquinas.
Y si no sufres bloqueos es que no te haces preguntas, es que no te cuestionas tu trabajo, es que no eres autoexigente.
Y es entonces cuando vas mal. Porque escribir una historia va de replantárselo todo muchas veces.

Y la pregunta es la del millón de dólares:
¿QUÉ HACER CUANDO SUFRES UN BLOQUEO A LA HORA DE ESCRIBIR?
La mejor manera de encontrar respuesta a esta pregunta, si es que existe la fórmula mágica, es acudir a los grandes escritores y guionistas de nuestra época y de eras anteriores. Porque ellos también han tenido bloqueos creativos y se han planteado cómo solucionarlos.
Relee algunas de las citas más famosas de estos escritores conocidos sobre el bloqueo creativo.
«Mi cura para el bloqueo creativo es la necesidad de ganarme la vida» (James Ellroy)
Efectivamente.
Si escribes por diversión y sin plazo de entrega es fácil distraerse. No hay razón para estresarse. Pero si tienes intención de ganarte la vida escribiendo, haciendo algo que se supone que amas, entonces tienes que pensar que no vas a recibir el cheque o la transferencia que te dé de comer a menos que no espabiles y superes ese bloqueo. No hay tiempo para pensar en ello. Escribe y punto.
«El peor momento es justo antes de empezar a escribir. Después de eso no puede sino mejorar» (Stephen King)
Y tanto.
Para muchos escritores y guionistas el verdadero miedo es el del camino que se tiene por delante cuando se va a empezar algo nuevo. En realidad, se trata del miedo al fracaso. El pavor a escribir algo extraordinario y tener que seguir, seguir, seguir. Una vez que el miedo se ha ido y empiezas a escribir, todo fluye más y más.
«Yo utilizo botas de gravedad para colgarme boca abajo, Sé que suena extraño, pero te ayuda a oxigenar el cerebro, y lo tengo que hacer todos los días. Ves las cosas desde otra perspectiva» (Dan Brown)
Puede que lo tuyo no sea colgarte boca abajo, pero puede ser ponerte las zapatillas e irte a correr, ahora que está tan de moda el running. O montar en bici. O hacer gancho. Cualquier actividad es válida para oxigenar la cabeza.
A veces si te empeñas mucho en encontrar una solución es como si tuvieras una pared dentro de ti y no puedes atravesarla. Sin embargo, si te pones a realizar otra actividad, la solución te vendrá sola a la cabeza.

«Yo sólo escribo cuando estoy inspirado. Afortunadamente suelo estar inspirado todos los días a las 9 de la mañana» (William Faulkner)
Todo depende de cómo sea tu proceso creativo. Para muchos escritores, las rutinas son importantes y escribir todos los días a las mismas horas les funciona, casi como si tuvieras un horario de trabajo normal, como el que tiene la gente que va a una oficina todos los días.
Otros prefieren elegir un día específico de la semana.
Tú tienes que marcarte tus rutinas. El caso es que has de elegir el momento para sentarte delante del ordenador y hacerlo.
Escribir es un privilegio. No una maldición. Y si has elegido la profesión de guionista o escritor es porque estás de acuerdo con esta afirmación. Así que relájate y disfruta.
Quizás sea el único trabajo en el que un ser humano se puede sentir como Dios.
¿Es que eso no es suficiente inspiración?
«Una de las razones por las que no sufro bloqueo del escritor es porque no espero a las musas. Yo las cito cuando las necesito» (Piers Anthony)
Cada escritor debe buscar maneras de llamar a la inspiración. Será diferente para cada uno, pero te recomiendo que busques tu manera. Ya te expliqué en este post algunas maneras de encontrarla. Escuchar música o leer libros puede ayudar.
«No creo en el bloqueo del escritor o en esperar a que llegue la inspiración. Si eres escritor, te sientas y escribes» (Elmore Leonard)
Lo mejor que puede hacer un escritor es no darle el poder al bloqueo creativo. Ni siquiera nombrarlo o definirlo. No existe. Si lo nombras o hablas de él ya tienes un sitio al que apuntar o al que culpar. Hay un dicho que cuenta: «cuando apuntas con tu dedo a alguien hay tres o cuatro dedos apuntándote a ti por la espalda».
Así que siéntate y escribe. No pongas excusas.
«El bloqueo del escritor es una enfermedad que afecta a los amateurs o a la gente que no es seria escribiendo. Lo contrario, llamado inspiración, es algo que aprecian mucho los amateurs. Dicho de otro modo, un escritor profesional es alguien que escribe del mismo modo cuando está inspirado que cuando no». (Phillip Pullman)
Si realmente quieres ser un escritor profesional tienes que solucionar eso que tú llamas el bloqueo del escritor o del guionista porque cuando tienes que hacer una entrega, terminar un capítulo o un guión de un largometraje, o un productor o un editor está esperando que le presentes tu trabajo, tienes que ser profesional y hacerlo. Y bien hecho.
Incluso si eres un guionista novel escribiendo tu proyecto propio con nadie metiéndote presión desde un despacho, tienes que presionarte a ti mismo para terminarlo bien y entrar en la industria. Si te fallas a ti mismo… ¿cómo no le vas a fallar a un productor cuando esté esperando una entrega? Tienes que entrenar, esforzarte para dar lo mejor de ti mismo. Para ser el mejor. Porque los mejores no sufren el bloqueo del escritor. Están por encima de eso.
«Sólo hay una regla. Si te dices a ti mismo que vas a estar delante del ordenador mañana, estás pidiéndole a tu subconsciente que esté preparado. En realidad estás firmando un contrato con un plazo de entrega. Estás diciéndole a los elementos: estaré allí para escribir» (Norman Mailer)
Elige un día, una semana o un mes. Da igual. Dite a ti mismo que vas a estar escribiendo en ese lugar y a esa hora. Trabaja con ese plan que te has hecho. Cúmplelo. Libérate de todas las demás tareas. Tu subconsciente es un arma muy poderosa. Tu instinto de supervivencia trabajará por ti, habrás avanzado mucho marcándote una ruta, un plan de trabajo. Tu mente estará preparadísima y permanecerás escribiendo hasta el último minuto. Y podrás terminarlo todo a tiempo.
«El bloqueo del escritor es mi subconsciente diciéndome que algo que he escrito es inverosímil o poco importante para mí. Lo soluciono volviendo atrás y reescribiendo para convertirlo en verosímil e importante. Entonces es cuando puedo continuar. (Orson Scott Card)
Si tienes un problema tu subconsciente te grita y la manera de hacerlo es bloqueándote, cerrando tu sistema creativo, paralizándote. Hasta que no vuelvas atrás y soluciones ese problema, no podrás seguir. Haz una fotografía de tu subconsciente. Analízalo. ¿Donde está el error? ¿Qué es lo que no funciona? Escúchate a ti mismo. La respuesta está ahí mismo lista para ser descubierta.

«El secreto para avanzar es empezar. El secreto para empezar es dividir tus arrolladoras y complejas tareas y convertirlas en tareas simples. Después, sólo tienes que empezar por la primera». (Mark Twain)
La mayoría de los escritores noveles comienzan a escribir un nuevo proyecto con la palabra FIN tatuada en su frente. Un maratón no se puede ganar si el corredor está pensando desde el principio en cruzar la línea de meta. Tienes que dividir el proceso e ir consiguiendo pequeñas victorias a medida que vas avanzando. Eso te animará y te hará no desfallecer. Concéntrate en escribir una secuencia o un momento. Un diálogo, quizás. La descripción de un personaje. Alinea tus fuerzas para escribir esa revelación dramática o esa secuencia de acción. Como dice el Cholo Simeone, hay que ir partido a partido. De ese modo no experimentarás una única victoria después de meses de duro trabajo, sino el placer de muchas victorias durante el proceso. Hay que disfrutar de escribir, no sólo de haber terminado de escribir.
«Ponlo a un lado durante unos días. Haz otras cosas. Intenta no pensar en ello. Después, siéntate y lee lo que has escrito como si no lo hubieras leído antes. Empieza por el principio y piensa si cambiarías algo. Seguramente, cuando lo termines, volverás a estar entusiasmado porque ya sabes lo que tienes que hacer y cuáles serán las siguientes palabras a escribir» (Neil Gaiman)
Dar un paso atrás, dejarlo reposar y, una vez esté un tiempo congelado, volver a leer tu trabajo siempre es bueno y funciona. Cuando estás dentro de tu guión, respirándolo, conviviendo con él, a veces no eres capaz de pensar y ver las cosas con claridad. Por eso es mejor apartarse. Descansar de él. Estarás agotado, harto del proceso. Así que has de tomarte unas vacaciones de tu historia. No hables de ella. No pienses en ella. Cuando vuelvas a ella días después y la leas desde el principio hasta el final, tus ojos serán nuevos ojos. Lo verán con perspectiva. Ojos que no están cargados de ansiedad y frustración.
«La mejor manera para mí de empezar una historia es poniendo a hablar a dos personajes entre ellos. Si obtienes preguntas de uno vas a tener respuestas del otro. Vas a empezar a sentir quién está saliendo de ti cuando escribes». (Paul Thomas Anderson)
A veces tienes que dejar hablar a los personajes y que ellos te cuenten la historia por ti. Quizá suene demasiado a postureo, pero tus personajes están vivos y respiran en tu mente creativa que siempre está escribiendo por ti y buscando una manera de conectar a los personajes con los elementos de la historia. Así ,cuando estés atascado, considera poner a dos de los personajes de tu historia juntos en una sala y a ver qué pasa. Puede que así se resuelva el problema.

«Le mejor es siempre parar cuando vas bien y sabes qué va después. Si haces eso todos los días, nunca estarás atascado. Para cuando sepas que viene después y no vuelvas a pensar en ello hasta el siguiente día. De esa manera, tu subconsciente trabajará en ello todo el tiempo. Pero si piensas en ello cuando no debes, matarás esa creatividad y estarás cansado antes de empezar» (Ernest Hemingway)
Uno de los mejores consejos para un guionista se puede encontrar en esta cita del premio Nobel. Si puedes parar cuando todo va de cara en una sesión de escritura, la siguiente será todo mucho más fácil porque el escritor que hay dentro de ti será capaz de continuar con la historia. Cuando paras y te echas a un lado, recoges tus cosas y te vas para continuar al día siguiente, tu subconsciente hará gran parte del trabajo por ti. Tu yo interior irá empujando la historia y cuando te sientes delante del ordenador para continuar, las palabras saldrán solas.
«Dejo de intentar desenmarañar cada vez que soy incapaz de escribir. Espero. El cajón se abre. Esperar es una parte de escribir» (Antonhy Minghella)
Muchos guionistas piensan que el bloqueo no existe. Que sólo se trata de la mente creativa encontrando la solución para el siguiente paso. En lugar de entrar en pánico y dejar que la ansiedad se adueñe de ti, quédate tranquilo. Entiende que sólo es parte del proceso. La solución vendrá.